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Un estilo nuevo
El triple ha cambiado las diversas formas de jugar al baloncesto. Todos los entrenadores han tenido que modificar su filosofía de juego con nuevas ideas, recursos tácticos y sistemas en los que han incluído nuevas especificaciones para mejorar la capacidad de los nuevos perfiles de juego y su entrada en el sistema ofensivo.
Primero, es conveniente comenzar con un contexto de la diferencia que existe entre el baloncesto europeo y estadounidense. Aunque en Europa se empiezan a ver modificaciones a nivel de tiro, no es nada en comparación con la realidad estadounidense, ya que en la última década se ha pasado de que lo raro era meter 10 triples a que esa cifra te haga ser el peor equipo a nivel de tiro de tres.
La táctica ha sido una de las partes más importantes en este cambio. Los entrenadores inciden en que surge de una adaptación a las nuevas características de los jugadores y la necesidad imperiosa de tener que abrir el campo para encontrar ya no solo oportunidades de tiro, sino espacios para poder crear juego. Muchos equipos buscan dar más peso a sus manejadores exteriores para que sean ellos quienes tengan un mayor peso e influencia en el devenir ofensivo del equipo.
La evolución hizo que entrasen nuevas situaciones en el baloncesto actual. No solo a partir del juego individual, como con la apertura de los jugadores grandes o la habilidad para levantar un tiro complejo y lejano a través del bote, sino que con nuevos aspectos que han cogido una gran importancia. El ritmo, el rebote ofensivo, los triples de pintura o el tiro en transición ya son protagonistas y aspectos que pueden llegar a definir encuentros.
Los jugadores son conscientes de todos estas modificaciones. Los auténticos protagonistas de estos cambios en el juego inciden en tres aspectos: la importancia de un equilibrio entre todas las herramientas que se pueden llegar a utilizar, ser consciente de que un tirador necesita la ayuda del equipo para poder seguir colaborando de cara a la victoria y también que tenga un entrenador que ayude a que el tirador pueda tener la posibilidad de desarrollar con total confianza sus virtudes.
Al igual que en el ataque, las nuevas tendencias condicionan las defensas. Los entrenadores y los jugadores han tenido que modificar su forma de parar a los jugadores rivales y a la vez estar preparados para que la defensa colectiva pueda estar preparada ante cualquier situación del juego en la que tengan que ayudar al jugador que cubre al que tiene el balón.
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